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domingo, 20 de septiembre de 2009

LA MANERA MÁS EFECTIVA DE LIMITAR LAS EMISIONES DE CO2 ES NO PRODUCIRLAS.

Material completo relacionado en:
http://www.codigor.com.ar/bonosdecarbono.htm#que


La banca estadounidense se une a lucha contra el cambio climático
Tres bancos de Wall Street se unieron hoy a la lucha contra el cambio climático al anunciar que se guiarán por los llamados "principios del carbono", que pondrán más difícil a las empresas energéticas obtener financiación para construir en Estados Unidos centrales eléctricas que funcionen con carbón. Los "principios del carbono" han sido establecidos por Citigroup, JP Morgan Chase y Morgan Stanley, tras consultar con empresas energéticas estadounidenses, grupos ecologistas y organizaciones no gubernamentales.Se trata de la primera vez que unos bancos se unen en Estados Unidos para establecer principios medioambientales que sirvan como guías a la hora de ofrecer préstamos a las empresas energéticas."Estos principios son el resultado de un esfuerzo intensivo de nueve meses para crear una propuesta para evaluar y hacer frente a los riesgos del carbono a la hora de financiar proyectos de generación de energía", señalaron hoy en un comunicado conjunto Citigroup, J.P. Morgan Chase y Morgan Stanley.American Energy Power, la mayor empresa energética consumidora de carbón de Estados Unidos, CMS Energy, DTE Energy, NRG Energy, PSEG, Sempra y Southern Company son las empresas del sector con las que han mantenido consultas estos tres bancos antes de establecer estos principios.


Las tres firmas añadieron que se trata de "un primer paso en un proceso para dar a los bancos y sus clientes del sector energético una guía para reducir los riesgos financieros asociados con la emisión de gases de efecto invernadero".Estos tres bancos apuestan por la eficiencia energética y recuerdan que "una manera efectiva de limitar las emisiones de CO2 es no producirlas", por lo que animarán a sus clientes para que eviten su emisión.Citigroup, JP Morgan Chase y Morgan Stanley también recomendarán a sus clientes que inviertan en energías renovables y en tecnologías para crear energía con bajas emisiones de carbono.Fuente: Cincodías.com Efe / NUEVA YORK (04-02-2008)

Es posible emitir menos carbono sin limitar el consumo de energíaUna de las mentes más reconocidas en los mercados de energía limpia es la economista argentina, Graciela Chichilnisky. Profesora de Estadística en la universidad de Columbia, consultora y ex asesora de la Opep, Chichilnisky fue precisamente quien hace 10 años propuso la compraventa de bonos de carbono como parte de la solución a la crisis del calentamiento global. La idea de Chichilnisky, adoptada como parte del mecanismo de desarrollo limpio (CDM, por sus siglas en inglés) del Protocolo de Kyoto en 1997, ha dado origen a un mercado que hoy es valorado en US$ 200.000 millones y en el que América Latina tiene una gran oportunidad con inversiones que podrían alcanzar a US$ 100.000 millones durante esta década, aseguró la economista argentina, en entrevista con AméricaEnergía.De acuerdo a estimaciones de Naciones Unidas, América Latina podría atraer hasta US$ 12.000 millones en créditos para reducir sus emisiones de carbono para el final de la década. ¿Cómo lograr que una porción de estas inversiones vaya en beneficio de la región?La manera de conseguirlo es procurar que cada vez más países desarrollen proyectos que aumenten el consumo y desarrollo de energía limpia en América Latina y permitan atraer cada vez más inversión extranjera para sacar ventaja del mecanismo de desarrollo limpio acordado en el Protocolo de Kyoto.Un proyecto con estas características es el de gasoductos del sur, promovido por Venezuela, y que cuenta con la participación de Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brazil y Argentina. Esta iniciativa podría permitir la distribución de energía limpia porque el gas natural emite mucho menos carbón que petróleo y significaría una inversión de aproximadamente US$20.000 millones.¿En cuánto podría estimarse la inversión para los próximos años en América Latina?Si incluimos proyectos más ambiciosos, como los que involucran mecanismos para extraer carbón desde la atmósfera, podríamos alcanzar montos superiores a US$ 100.000 millones sólo en esta década. A ellos se podrían agregar emprendimientos sobre la base de uso de etanol, biomasa y plantas de cogeneración que extraigan gas metano de rellenos sanitarios para su uso en la generación eléctrica. En este sentido, me atrevería a decir que la región tiene hoy una gran oportunidad en el mercado global de bonos de carbono.América Latina cuenta con aproximadamente 14% de las reservas mundiales de hidrocarburos y es un proveedor clave de materias primas hacia China. ¿Ve riesgos para la región en caso de que aumente la exportación de energéticos a China?El riesgo para América Latina es volver a su estado inicial de exportador de materias primas, un modelo que, como todos sabemos, lleva al fracaso económico. Basta con recordar que los continentes que se han especializado en proveer materias primas, como África y América Latina, son precisamente las regiones que más han sido dejadas de lado por la globalización.Algunos críticos del Protocolo de Kyoto argumentan que este acuerdo establece un límite al consumo de energía que podría afectar el crecimiento económico de ciertos países...No estoy de acuerdo con esta idea. El objetivo del Protocolo de Kyoto no es limitar el consumo de energía, sino reducir las emisiones de carbono que provocan el efecto invernadero. Es absolutamente posible emitir menos carbono sin limitar el consumo de energía. La opción es elegir etanol en lugar de petróleo y generar cada vez más energía solar y atómica como alternativas a la hidroelectricidad para evitar producir demasiados gases de carbono.Finalmente está la alternativa de extraer carbón de la atmósfera. Una solución absolutamente viable y que por millones de años ha sido puesta en práctica por árboles y vegetales, transformando el carbón de la atmósfera en oxígeno.

Fuente: América Economía




Brasil, el primer país en subastar Bonos de Carbono


San Pablo. La Bolsa de Mercaderías y Futuros (BM&F) de San Pablo será la primera en el mundo en subastar dentro de su mercado a visita la venta de Reducciones Certificadas de Emisión (RCE), conocidos como “créditos de carbono”. La primera subasta se realizará el 26 de setiembre, según anunció la BM&F en un comunicado con motivo de la visita de John Stuttard, alcalde del Distrito Financiero de Londres, quien expresó el “enorme interés” británico en participar de la compra por oferta. Los créditos, propiedad de la Prefectura (municipio) de la ciudad brasileña de San Pablo, forman parte de “la etapa de proceso de organización y desarrollo del mercado de certificados ambientales” de la plaza bursátil.En la primera subasta serán ofertados créditos correspondientes a 808.450 toneladas de dióxido de carbono equivalente, generados en los términos del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).Los generadores de los créditos son los proyectos Bandeirantes de Gas de Aterro y el de Generación de Energía.El proyecto Bandeirantes de Gas de Aterro surgió de la necesidad de procesar las siete mil toneladas de residuos tóxicos que produce cada día la mayor ciudad sudamericana y que ahora son quemados en un 80 por ciento para generación de energía.Stuttard, quien está de visita en Brasil invitado por la BM&F, mostró su interés por participar en la subasta, además de intensificar sus relaciones con Sao Paulo, donde pretende invitar a inversionistas brasileños y, de además, recibir asesoría en el tema de los biocombustibles.Fuente: La Voz del Interior, 23 Agosto, 2007 (Biodisel.com.ar)


Bonos de Carbono como
alternativa al Calentamiento Global


Ya sea desde los centros académicos, los discursos políticos o los medios de comunicación, el fenómeno del calentamiento global se ha convertido en el gran protagonista de la problemática internacional de la contaminación del medio ambiente. Los autores somos estudiantes de la carrera Licenciatura en Economía de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), y hace poco estuvimos buscando información acerca del tratamiento del problema del calentamiento global y las políticas de mitigación que los países en vías de desarrollo, como el nuestro, están llevando adelante. Específicamente nuestro trabajo se centró en poder entender de que trata el MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio), así como también el mercado de los CERs (Certificates of Emissions Reduction). El MDL es uno de los tres mecanismos internacionales enmarcados en el Protocolo de Kyoto denominados: “Mecanismos de Flexibilidad”, cuyo objetivo es posibilitar a los países que asumieron obligaciones en torno a la reducción de GEIs (gases efecto invernadero), el cumplimiento de las mismas a costos mínimos. Pensamos que quizás existan partes del trabajo que puedan resultar de interés para los lectores de esta página, así que decidimos ponernos en contacto y hacer nuestro aporte. También esperamos seguir aprendiendo mediante la participación de los usuarios vinculados al tema tratado, quedando a la espera tanto de sus aportes en el terreno teórico-científico, así como también de vuestras opiniones. Estamos convencidos que la diversidad de puntos de vista es muy enriquecedora a la hora de debatir aquellas cuestiones criticas que son planteadas a lo largo del trabajo.“El Calentamiento Global: Bonos de Carbono, una alternativa”, surgió para poder integrar conceptos y aplicar herramientas adquiridas en el curso Modelización y Simulación de Sistemas Económicos y así representar un problema global de suma actualidad y que plantea desafíos de gran envergadura para un futuro cercano. Nos fuimos adentrando en una de las ramas de la economía que se encuentra en pleno desarrollo, como es el caso de la Economía Ambiental, de manera de ir identificando nuestros intereses para un futuro campo de acción laboral. Quizás lo más importante es que hayamos planteado este trabajo como un tablero de juego en el cual podemos experimentar y crecer con las equivocaciones, para contribuir así con nuestra formación profesional.Consideramos práctico publicar aquí solo algunos extractos en forma de ítems, pudiéndose acceder al trabajo completo haciendo click aquí [PDF, 407 Kb].


El tratamiento del problema del calentamiento global necesita de la implementación de una serie de acciones conjuntas de todos los países por su alto grado de complejidad y universalidad, si tenemos en cuenta que tanto los perjudicados como los damnificadores estamos distribuidos por toda la superficie del planeta. Es así que, teniendo como meta principal la necesidad imperiosa de reducir las emisiones, se han combinado aquellas políticas de intervención publica que mejor responden a la ecuación costo-beneficio social. Bajo un sistema en el que se busque modificar el comportamiento ambiental de los agentes implementando un juego de incentivos en donde se combinen permisos transferibles de contaminación junto a la política de un umbral máximo y global de emisiones permitidas.


Para este trabajo elegimos profundizar el último mecanismo enunciado: MDL , teniendo en cuenta que de los “mecanismos de flexibilidad” éste es el único que contempla la participación de un País No Anexo I, como es el caso de Argentina, que al igual que otros Estados de la región, cuenta con la ventaja de tener emisiones que están por debajo del límite permitido, pudiendo convertirse en un buen proveedor de bonos de carbono para aquellos países que firmaron el Protocolo de Kyoto y superan los estándares prefijados. Por lo tanto, las oportunidades que los proyectos MDL abren al país son inmensas y no pueden dejarse pasar. Estaríamos hablando no solo de beneficios económicos y el acceso a nuevos mercados; sino que al renovar o incorporar tecnologías que contribuyan al desarrollo sustentable del país y mejorar procesos productivos, se estarían creando fuentes de empleo al mismo tiempo que se mejora el medio ambiente y la calidad de vida de la población.


El diagrama temporal es una herramienta grafica, de fácil interpretación que permite arribar a contundentes conclusiones. En él se puede monitorear la evolución de las variables de análisis en el tiempo ante el impacto de medidas de shocks (cerrar las fabricas e industrias contaminantes; ratificación del protocolo de Kyoto por parte de EEUU; conflictos geopolíticos en los países productores de petróleo y señales de agotamiento de las reservas.) o convergencia (acuerdos internacionales; aproximación al periodo de compromiso 2012 que modifiquen o alteren su comportamiento.). Graficos y conclusiones en el trabajo completo.
La posibilidad de que esta reconversión hacia las energías renovables sea paulatina y se inicie lo antes posible permitirá atenuar las consecuencias negativas de la escasez de petróleo sobre las variables macroeconómicas mundiales.


El desafío es grande y el tiempo apremia, la pregunta que debemos hacernos es: ¿estaremos a la altura de los acontecimientos?. ¿Acaso esto permita una reversión de los flujos financieros entre los países en desarrollo y los desarrollados al incluir la problemática ambiental?. Quedan también por incorporar al debate algunos puntos débiles de este protocolo convertido en negocio, como el hecho de que se está pensando en cambios estructurales de gran envergadura para un compromiso que en principio se extendería sólo hasta el 2012. También deberíamos repensar la paradoja que esta situación presenta: “no es necesario reducir la contaminación a escala global. Se trata de que contamine el que pueda pagarlo al precio que sea”.


Estamos convencidos de que mas allá de plantearnos al MDL como un criterio de compensación justo o, ya sea, viéndolo desde una perspectiva de nuevas ganancias adicionales, claramente es una oportunidad que necesita del esfuerzo conjunto para poder desarrollarse y prosperar. Es indispensable comenzar a interiorizarse en el tema y conformar alianzas interdisciplinarias entre los profesionales para así poder brindar servicios de asesoría y consultoría, atendiendo a las necesidades tanto del sector público como del sector privado en el desarrollo de proyectos que permitan la obtención de beneficios a través de la comercialización de los Bonos de Carbono generados por los mismos. Es clave en este proceso el establecimiento de una red de contactos y sus iniciativas, así como también la capacidad de adaptación de éstos grupos interdisciplinarios con que tendrán que contar para poder además de asistir técnicamente a quienes recurran a ellos, detectar potenciales proyectos Fuente: IngenieriaQuimica.org Artículo enviado por Ticiana Temperini , 22 marzo, 2007


El
Negocio de Invertir en Ecología,

Gabriela Ensinck


El desarrollo de un fondo local de estos títulos es incipiente en la Argentina, pero ya hay 75 proyectos para reducir las emisiones de gases, por un total de u$s 150 millones. Chile, con el mercado más desarollado. La liberación a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) está provocando un aumento de la temperatura global cuyas consecuencias son aún impredecibles. La reducción en la emisión de estos gases que se acordó en el Protocolo de Kyoto dio lugar a un mercado de títulos ecológicos, del que la Argentina, al igual que otras naciones latinoamericanas, podrá ser un importante emisor.Los países firmantes se comprometieron a reducir las emisiones de CO2 a un 5% por debajo a lo que emitían en 1990, y tienen plazo hasta 2012. Según este acuerdo, aquellos proyectos que reduzcan o capturen emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) podrán generar “bonos de carbono” o CER´s (Carbon Emisión Reductions). Las empresas o países que no logren la reducción deben adquirir estos bonos a quienes contaminan menos. Las compañías que disminuyan sus emisiones de GEI pueden vender estos certificados a un valor estimado de entre u$s 3 y u$s 8 por cada tonelada de equivalente de dióxido de carbono (tCO2e) reducido. Se estima que este valor mentará a medida que se acerque el plazo de vencimiento establecido en Kyoto. La ONU se encargará de regular el cumplimiento de dicho acuerdo, y cada país definirá si obliga a sus empresas a reducir la emisión de GEI o a comprar bonos de carbono a empresas que ya lo hayan logrado. El dióxido de carbono es el principal, pero no el único responsable del calentamiento global o efecto invernadero. Hay otros gases definidos en el Protocolo de Kyoto cuyas emisiones también deben ser reducidas. Se trata de el Metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), los clorofluorcarbonos (CFC-HFC-PFC), y el hexafloruro de azufre (SF6). EMISORES Y COMPRADORES. En el Anexo 1 del Protocolo se enumeran los países que deberán reducir sus emisiones, a través de la realización de proyectos en otras naciones en vías de desarrollo. Estados Unidos encabeza esa lista, aunque paradójicamente, se ha negado hasta el momento a firmarlo. Por otra parte, los países industrializados, con el 20% de la población mundial, son responsables de más del 60% de las emisiones de los gases de efecto invernadero. “La Argentina no forma parte de ese listado del Anexo 1, y por lo tanto está en condiciones de generar bonos de carbono”, señala Alejandra Barreiro, directora de la consultora local Herramientas Gerenciales. El Protocolo establece una serie de instrumentos flexibles que facilitan la reducción de emisiones, como el llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que es el que permite vender las potenciales reducciones de emisiones mediante proyectos de ahorro energético, sustitución de combustibles o captura de gases de carbono. Países Europeos, y también Japón y Canadá, están explorando proyectos MDL en América Latina. De hecho, los países latinoamericanos concentran cerca del 40% de las emisiones totales de bonos de carbono, según un relevamiento del Banco Mundial, seguidos por Asia. Hay mercados sumamente desarrollados, como el de Chile, quien es el tercer mayor oferente de bonos de carbono a nivel mundial. No obstante, la mayoría de los compradores busca proyectos de MDL importantes, que impliquen cientos de miles de toneladas de CO2 por año. Esto lleva a que resulte difícil encuadrar dentro de este mecanismo a los pequeños proyectos o para empresas medianas y pequeñas. Las cuestiones de escala se tornan cruciales, dado que los costos de transacción implicados para desarrollar un proyecto MDL, hacer su seguimiento y corroborar la reducción de emisiones o la captura de gases fácilmente superen los u$s 100 mil. PROYECTOS LOCALES. Si bien el desarrollo de un fondo local de bonos de carbono es muy incipiente, en el país existen al menos 75 proyectos destinados a producir reducción de emisiones. Los recursos para crear dicho fondo provienen tanto de aportes públicos como privados, y cuenta con financiamiento del Banco Mundial. El Fondo Prototipo de Carbono (FPC), que fue creado por ese organismo en julio de 1999, recibió contribuciones por u$s 180 millones de parte de 17 grandes corporaciones europeas, japonesas y canadienses, y de seis gobiernos: Canadá, Finlandia, Japón, Holanda, Noruega y Suecia. Según cálculos del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, el total de derechos de emisión por estos proyectos podría alcanzar los 15 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, lo que representaría un volumen de unos u$s 150 millones anuales. En el país ya están en marcha dos iniciativas de gestión de residuos sólidos y recuperación de biogás en rellenos sanitarios. La primera, con financiamiento de capitales holandeses, se lleva a cabo en el vertedero de residuos de Villa Dominico. El segundo proyecto, desarrollado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Olavaria, consiste en la construcción de una planta de recuperación de gas. La iniciativa prevé un 50% de eficiencia de recuperación, y una reducción de emisiones, en los próximos 20 años, de 409.000 Ton de CO2. También se han puesto en marcha obras de forestación en la provincia de Misiones y en el Sur del país, en la ciudad de Esquel. Sin ser la panacea, los bonos de carbono abren una excelente perspectiva de negocios a empresas que desarrollen emprendimientos que reduzcan los gases de efecto invernadero y con esto contribuyan al crecimiento económico sostenible.OpiniónUn problema global Por Mario Molin. Premio Nobel de Química 1995 .La contaminación y el cambio climático son fenómenos a escala planetaria, y es preciso actuar tanto local como globalmente, previendo las consecuencias no sólo climáticas sino sociales y políticas. Muchos gobiernos hacen oídos sordos al problema, y dicen esperar las pruebas definitivas del daño que las emisiones de gases contaminantes causan en la atmósfera. No obstante, cada vez tenemos más información en este sentido, y cuando los efectos sean visibles, tal vez sea demasiado tarde. Hay que tomar medidas ahora. Todas las iniciativas tendientes a reducir las emisiones de carbono son bienvenidas. Estoy de acuerdo con la política de Bonos de Carbono como una de las medidas tendientes a reducir las emisiones y promover un crecimiento sustentable. No se trata de dejar de producir, ni de pagar para contaminar. Sino que quienes contaminan, deben pagar y generar fondos para proyectos de desarrollo limpio. Pero con los Bonos de Carbono no alcanza. Hay que promover el desarrollo de energías alternativas no contaminantes, renovar la flota vehicular; los autos viejos emiten un 50% más que los modernos). Si bien el tema de los CFC (gases de clorofluorocarbono) están bastante controlados luego del Protocolo de Montreal, hay que trabajar en otros compuestos igualmente contaminantes como el bromuro de metilo, que se usa para la agricultura, y muchos otros. Las tecnologías limpias cuestan más, pero a la hora de hacer un cálculo de costo – beneficio, resultan mucho más eficientes.Fuente: Revista Fortuna http://www.fortuna.uolsinectis.com.ar/edicion_0117/sociedad/nota_00.htm




El negocio de
limpiar el aire, Damián KantorSon empresas que invierten para eliminar la polución. A cambio obtienen los llamados "bonos de carbón", que venden a compañías de países que contaminan. El CEAMSE picó en punta.Soplan nuevos vientos en estas tierras, más sanos y purificados. Esa corriente viene de Kyoto, Japón, y nació el 16 de febrero, día en que entró a regir el Protocolo de Kyoto, un acuerdo de alcance mundial para reducir la emisión de gases contaminantes. Como el mecanismo contiene pautas que permiten hacer negocios en países pobres, como la Argentina, varias empresas, nacionales y extranjeras, ya estudian cómo sacarle provecho.El Protocolo establece el compromiso de gobiernos de 35 países ricos de reconvertir sus industrias para frenar el cambio climático. La idea es que recorten la emisión de gases en un 5,2% por debajo del nivel de 1990. Pero esas empresas pueden cumplir en cualquier lugar del plane ta. O comprar créditos o bono de carbono de países que superen las metas exigidas. Esto abrió un mercado de compra y venta de títulos, que en la actualidad cotizan entre 5 y 7 dólares la unidad.Con la mira puesta en ese negocio, el CEAMSE, una sociedad estatal (que depende de los gobiernos porteño y bonaerense) a cargo de administrar los residuos recolectados en el área metropolitana, firmó contratos con tres empresas, que pretenden obtener certificados para venderlos. Esos bonos de carbono los otorga las Naciones Unidas a quienes demuestren nuevas inversiones en tecnologías menos contaminantes de gases perjudiciales, como el dióxido de carbono.PrecontratosEl propio presidente del CEAMSE, Carlos Hurst, confirmó a Clarín las negociaciones, y reveló que los contratos fueron firmados con Van Der Uiel, de capital holandés, la canadiense Conestoga-Rovers & Associates, y con una joint venture conformada entre ASJA (italiana) e IMPSA, del grupo Pescarmona. La inversión comprometida para la próxima década, en total, es de alrededor de 35 millones de dólares, que serán destinados, entre otras cosas, a la construcción de plantas en los rellenos sanitarios para tratar o quemar gas metano. Cualquier vía se premia con bonos. Hurst asegura que los del CEAMSE "son de los primeros contratos firmados en el mundo" desde que entró a regir el Protocolo de Kyoto, y en uno de ellos, sólo resta una etapa: que la ONU certifique la cantidad de gas que se va a eliminar. "Para el CEAMSE no hay costo y se queda con un porcentaje de los bonos. Las compañias se hacen cargo de la instalación de las plantas y del tratamiento del gas", dijo.En ese sentido, Hurst, además, agregó que están adelantadas las tratativas para cerrar acuerdos similares con el grupo Roggio y Tecna, una firma nacional, para invertir en otros rellenos sanitarios a cargo del CEAMSE.Estudios de gasesFernando Canzani, de Eco Securities, una consultoría especializada en el tema, explica que el mecanismo se aplica sólo a las nuevas inversiones. "Se realizan estudios para determinar el nivel de reducción de gases. Se hace una presentación en la ONU, y si el organismo lo aprueba, entrega los certificados", señaló.En síntesis, para saber si el negocio es viable, una empresa debe tener en cuenta lo siguiente:Cuando se planifica una inversión contemplando el uso de tecnología limpia, se debe realizar un estudio de factibilidad, que cuesta entre 50 y 150 mil dólares según su complejidad, para establecer con exactitud el nivel de reducción de emanaciones de gases que produndizan el efecto invernadero.Si el proyecto resulta rentable, luego debe superar la inspección de expertos para que lo certifiquen. En última instancia, es la ONU el que lo debe aprobar.De acuerdo con el dictamen final, la empresa recibirá por cada tonelada de carbono reducida un bono por año durante un lapso de hasta una década.La rentabilidad, entonces, depende del volumen de ahorro, y su perdurabilidad. Canzani estima que "con el precio actual, un buen proyecto eleva la tasa de retorno de inversión entre un 10 y un 30% anual". Pero resalta que hay otros gases que cotizan más, porque eliminar una tonelada de metano —como los producidos por los rellenos sanitarios— equivale a 23 toneladas de carbono.Aunque no se pudo confirmar, varias fuentes aseguraron a Clarín que son muchas las empresas que tienen en carpeta invertir con la mira puesta en lo firmado en Kyoto. Entre otras, mencionaron a Repsol, Shell, Capex y Aluar. Un vocero de esta última empresa, al ser consultado sobre el tema, no lo desmintió. "No hay novedades", se limitó a decir sin dar detalles.De todas maneras, se sabe que en las gerencias financieras se la pasan haciendo cálculos. En algunos casos, especialmente en inversiones chicas, los números no dan por los costos de los estudios previos de rigor. Así pasó en Nidera, una empresa agroexportadora. Alejandro Benvenutto, de esa firma, explicó: "Encargaron un estudio de prefactibilidad, y no nos convenía".En cambio, otro proyecto de Olavarría viene bien perfilado, y también tiene que ver con la basura. La idea es similar a la del CEAMSE. Sus responsables, Gabriel Blanco y Estela Santalla, de la facultad de Ingeniería de esa localidad bonaerense, aseguran que "la iniciativa está en la etapa final de certificación, y consiste en captar gas metano para quemarlo o venderlo con el fin de eliminar contaminación".Según Blanco, "con lo que nos va a ingresar en bonos de carbono recuperamos la inversión (unos 120 mil dólares), los costos operativos (15 mil dólares) y nos sobra alrededor de 70 mil dólares para implementar un programa social en la ciudad".Y dijo también que cerraron un acuerdo con el Banco Mundial, que puso parte del dinero para poner en marcha el proyecto. "Ellos nos dieron un adelanto, con el que cubrimos aproximadamente el 50% de la inversión, y realizarán desembolsos parciales en un plazo de 6 a 7 años".Fuente: Clarín, Económico, 27 marzo de 2005
"
Ellos tienen fondos, pero no proyectos" Damián Kantor.
Savino, el secretario de Ambiente, justificó así la creación del Fondo Argentino de Carbono. "Nuestra intención es atraer inversiones", dijo. Para el Gobierno, el primer año de vigencia del Protocolo de Kyoto es promisorio para la Argentina, pero el futuro es incierto. Este es el balance que hicieron a pedido de Clarín el secretario de Ambiente, Atilio Savino, y el titular del Fondo Argentino de Carbono, Hernán Carlino, los funcionarios encargados de recibir y evaluar los proyectos presentados en el país para acreditar bonos de carbono.-Muchos dicen que el Protocolo es insuficiente para frenar el deterioro. Y EEE.UU, el país más contaminante, no lo ratificó.Atilio Savino: De los países grandes, los únicos que no ratificaron el Protocolo son los EE.UU. y Australia. El resto, todos lo ratificaron.-¿EE.UU. puede cambiar?AS: Hay dos lecturas, si uno se queda con la foto de negarse a ratificar el Protocolo... Yo creo que hay que mirar qué pasa adentro. La primera vez que votó el Senado, el resultado fue 97 a 0. Hoy, la mitad estaría dispuesta a apoyarlo. Hay empresas que se comprometieron a reducir la emisión de gases y a usar energías limpias. Hay Estados que aprobaron leyes parecidas al Protocolo.-¿Quiénes presentan estos proyectos? ¿Consultoras, bancos especializados?Hernán Carlino: Los presentan las empresas que quieren desarrollar la actividad para eliminar contaminación. Puede ser una empresa, una institución, un municipio, una provincia, etc...-¿No hay gestoras?AS: La consultoras pueden colaborar en formalizar el proyecto. Porque hay una serie de metodologías para determinar las reducciones de gases y cómo se convierten a dióxido de carbono. Por ejemplo, en caso de los rellenos sanitarios, lo normal es captar metano y quemarlo. Existe una metodología que determina cuanto metano es quemado y como se expresa en dióxido de carbono para cobrar los bonos.HC: Hay dos instancias de consultoría, la que contribuye a generar el proyecto y la que realiza la auditoría de ese proyecto. Estas últimas están inscriptas en Naciones Unidas.-De los 6 proyectos aprobados en el país, ¿todos tienen que ver con la quema de metano?AS: No. Además de los rellenos sanitarios, hay un proyecto de eficiencia energética y un proyecto de energía eólica. -Los fondos para pagar los bonos los pone la ONU?AS: No, el dinero lo ponen los compradores.-O sea las empresas que tienen que cumplir con lo establecido en el Protocolo.AS: Las empresas o las naciones.-¿Por qué una empresa tendría hoy la necesidad de adquirir estos bonos?HC: Los países son los que tienen compromisos, pero no son los Estados los que emiten gases contaminantes sino las empresas. Entonces son los Estados los que obligan a las empresas a cumplir. Las empresas pueden comprar ahora los bonos o más adelante.-¿Más adelante es más caro?HC: Podria haber una tendencia a que esos bonos suban, aunque es difícil hacer una estimación. Dependerá de la evolución de las economías, de los compromisos que ya adquirieron. España, por ejemplo, venía desacomodado, pero 2005 fue un año sequísimo, disminuyó el uso de energía eléctrica y quemó más carbono y ahora quedó mejor.-El año pasado se podían comprar a 4 dólares. Hoy están a más de 9HC: No hay un valor de un mercado, dependerá de la capacidad que uno tenga para negociar.AS: En Europa llegó a valer 30 euros, hoy creo que están a 25.-¿Es un precio especulativo?HC: Es un mercado a futuro.AS: Uno hace la cuenta fácil: tengo 2,5 millones de toneladas, lo multiplico por diez y listo. Pero nadie paga el total del contrato.-El Banco Mundial está muy activo con este tema ¿no?AS: El fondo más grande, en lo que hace a volumen, es el del Banco Mundial.-¿Cómo es la operatoria?AS: Ellos concentran fondos de los países que están necesitados. Tienen más de 2.000 millones de dólares de disponibilidad. Estos fondos tienen mucha plata, pero no proyectos viables. Fuente Clarín Económico, Enero 2006




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